Ole Blando!: Un chorro de frescura en el Cineclub

No todos conocíamos a la banda, pero sí los cientos de carteles que invadían la ciudad para promocionar sus presentaciones. La primera sorpresa fue ver la sala completamente llena, incluso con gente que se quedó afuera.

El show arrancó a puro teatro: una intervención muy lograda que comenzó desde un rincón en el público fue la introducción perfecta para un recital que transitó muchísimos climas y mantuvo la línea hasta el final.


Como se preveía, no fue solo música. El repertorio se mezcló en dosis justas con diferentes tipos de intervenciones: una bailarina, una ronda de fogón, subir a todos los invitados (¡que fueron muchos!) en un desopilante sketch al ritmo de diferentes estilos musicales, y pequeñas acotaciones durante los temas que fueron un recurso común, y le dieron un plus al recital.



En lo estrictamente musical, la banda demostró poderse mover con soltura en muchos estilos diferentes con buen criterio para unirlos. Desde un comienzo sobrevolaba la clara influencia de la desaparecida banda Ma per che y de Marcos Luc… influencia que se hizo patente en el último tramo del show con la presentación del propio cantante disfrazado como un “Latin Lover”, confirmando el padrinazgo hacia la banda.



A la salida del cineclub la gente iba volviendo a su casa después del show, y sobrevolaba una reconfortable sensación de que en el rock de Córdoba están surgiendo nuevas propuestas, grupos y generaciones despojadas de prejuicios, con ganas de pasarla bien y hacerla pasar bien. Y eso es muy importante.

Crónica: Andrés Moreno // Fotos: Irupé Medina