Y allí estaba Fede Flores, en función de músico, DJ y sonidista, pero sobre todo como hilo conductor de todo el espectáculo.
El puntapié fue con Jenny Náger: bellísimas canciones y una excelente voz, con temas que a veces remitían a la bossa nova y una amplitud vocal que iba desde fraseos cuasi-cariocas hasta el “trombón vocal”, que tan bien quedaba con las bases y sonidos que se disparaban desde la consola. Todo teñido siempre por la experimentación y la mixtura de ritmos y sonidos, claro está.
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No faltaron los momentos en que las dos artistas coincidían en escena, formando con Fede Flores un trío que se entendía a la perfección…y fue precisamente en ese formato como se despidieron, con el DJ luciéndose con bases electrónicas, cerrando el show a pleno baile.
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