miércoles, 8 de julio de 2009
El cineclub se llenó de Energía....
Entre la paranoia a causa de la gripe, los asuetos municipales y el caos generalizado que es hoy por hoy la ciudad, ver un espectáculo como el que brindo Esteban Kábalin fue lo más parecido a un antídoto contra todos esos males.
Una introducción instrumental acústica, sumada a una performance teatral, fue el puntapié ideal para un show que transitó los más diversos ambientes y sensaciones, pero con hilo conductor esencial: las ganas de pasarla bien.
EK presentó temas de su próximo disco –Karmadharma-, a tiempo que demostró moverse con soltura por diferentes caminos: tanto en estilos musicales (desde segmentos acústicos de guitarra y voz hasta una potente banda de hard-rock) como en las letras (desde dragones hasta historias de amor, pasando por canciones de protesta y contenido social).
La banda que lo acompaña sonó ajustadísima, y los invitados dieron un ambiente especial, tanto en teclados como en voces (se destacó la presencia de Marcos Luc en voces en la última parte del show).
A EK se lo notó muy feliz, y el mismo se encargó de afirmarlo cuando anunció que el show era el puntapié de una nueva etapa que comenzaba con mucho entusiasmo. Esto se notaba e incluso se transmitía hacia el público, por lo que la velada funcionó a la perfección con la idea de lo que supuestamente debe ser un recital: un lugar para olvidarse de los problemas y pasarla bien. Tarea cumplida.
Crónica: Andrés Moreno // Fotos: Alexis Panaioti.
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